Para entrar al mundo de Manuel Ramos (1874-1945) un periodista que conoció de la caída de Juan Andreu Almazán y el esplendor de Porfirio Díaz, cultor del límpido cromo y la escena pía, fallido pintor autodidacta pero cumplido inspector de monumentos coloniales, sobre todo defensor de los cultos y tradiciones del catolicismo mexicano, habría que remitirse al principio de nuestras más antiguas guerras. A la historia que es el sustrato de una imagen tan mixta en su técnica como en su tema, realizada por el fotógrafo en los primeros años treinta de este siglo, quizá en el venturoso año de 1931. Una pintura fotomontaje bañada por las luces del origen y la fundación: los indios del Anáhuac contemplan, de hinojos, el nuevo centro de su piedra del sol, una madre de rostro moreno que asciende sobre los cuernos de una media luna, el cuerpo encubierto por un manto de estrellas, su todopoderosa majestad, la Virgen de Guadalupe.
Texto de Alfonso Morales Carrillo.
La exposición se realizó en el Consulado General de México en Los Ángeles, California, como parte de las actividades presentadas dentro del Festival “Octavio Paz y los Postpachucos. Encuentro cultural de migrantes sobre la identidad mexicana”, celebrado el sábado 16 y domingo 17 de marzo de 2019.
La exhibición contó con una visita guiada por Elia Del Carmen Ramírez Bocardo, directora general del Archivo, así como una muestra interactiva de imágenes en Realidad Aumentada (RA) con la app Musar, dirigida por Anaelia Pintor Ramírez.
Los Ángeles, California, Galería Raúl Anguiano, Consulado General de México. Marzo 2019.